Eliminar la Violencia contra la Mujer también en el ámbito laboral

por | Nov 25, 2020

Dolores Rico
Directora de Prevención SGS Zona Norte #PRL #SST #LegoSeriousPlay #VisionZeroGlobal #EmpresaSaludable 

Hoy, 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Tal y como refiere la ONU, la violencia contra mujeres y niñas es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual. Esta violencia adquiere y se manifiesta de diferentes formas; violencia física, sexual y psicológica. Maltrato físico y psicológico por el compañero sentimental, violación, abuso sexual, acoso sexual en el trabajo, esclavitud, mutilación genital… son sólo algunos ejemplos de la violencia ejercida contra mujeres y niñas.

Erradicar la violencia contra las mujeres y niñas es también una de las metas del objetivo 5 de desarrollo sostenible, lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

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Los datos no sólo son alarmantes, son escalofriantes. Según datos de la ONU, en todo el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental, al menos 200 millones de mujeres y niñas se han visto sometidas a la mutilación genital femenina y una de cada 2 de mujeres asesinadas en 2017 fue asesinada por su compañero sentimental o un miembro de su familia.

El ámbito laboral no es ajeno a esta realidad. Los estudios muestran que las mujeres están en especial situación de riesgo de violencia en el medio laboral. Aunque faltan datos estadísticos, las trabajadoras están más expuestas al acoso psicológico en el trabajo y si hablamos de acoso sexual en el trabajo los casos son mayoritariamente y tristemente protagonizados por mujeres.

¿A qué obedece esta realidad? Razones culturales, de segregación ocupacional y concentración en determinadas ramas de actividad, mayor presencia en sectores de riesgo (enseñanza, sanidad…), con frecuencia las mujeres ocupan puestos de trabajo con bajo salario, con empleos atípicos (a tiempo parcial y temporal… La radiografía del mercado laboral en relación a la perspectiva de género la abordé en la publicación del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales “Riesgos Psicosociales, Violencia y Género” y que extraigo y reproduzco aquí:

•       La brecha en el empleo aún es importante (11 puntos porcentuales con respecto a los hombres)

•       Brecha salarial (de media las mujeres cobran un 23 % menos que los hombres en igualdad de puesto)

•       Mayor tasa de empleo precario; en este sentido la segregación ocupacional (mujeres principalmente sector terciario) y la concentración en determinadas ramas de actividad son características del empleo femenino.

•       Mayor tasa de temporalidad en el empleo

•       Mayor tasa de contratación a tiempo parcial (del 25% frente al 7% de los hombres)

•       Jornadas más largas (tiempo de trabajo remunerado y no remunerado). Doble jornada.

•       Suelos pegajosos… (“retención” en puestos de trabajo peor remunerados, de más baja cualificación…)

•       Techos de cristal… (los obstáculos y frenos a su proyección profesional, ascensos a puestos directivos, mejor retribuidos y de mayor participación, decisión y responsabilidad)

•       Riesgos psicosociales (mayor incidencia del estrés, mayor incidencia de acoso laboral y de violencia laboral entre otros)

Es cierto que han de producirse muchos cambios (sociales, culturales, socioeconómicos, etc.) pero no es menos cierto que desde el ámbito laboral podemos y debemos trabajar también en este sentido y los prevencionistas debemos promover y favorecer estos cambios en el ámbito laboral entre los que destaco:

  • Incluir la perspectiva de género en la gestión de la actividad preventiva; evaluación de riesgos, vigilancia de la salud, elección de equipos de protección individual, etc.
  • Evaluar los riesgos de la exposición de las trabajadoras en situación de embarazo o parto reciente a agentes, procedimientos o condiciones de trabajo que puedan influir negativamente en la salud de las trabajadoras o del feto, en cualquier actividad susceptible de presentar un riesgo específico.
  • Evaluar e intervenir en el ámbito psicosocial considerando el género.

Puedes continuar leyendo el artículo en el Linkedin de Dolores Rico.

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