Dopamina vs Serotonina: por qué el mundo nos quiere adictos y cómo remediarlo

por | Mar 12, 2025

¿Somos adictos a la dopamina y a la serotonina? Parece que sí.  En una sociedad donde los niveles de estrés se disparan y donde la frustración aumenta, algunas personas buscan con avidez cómo estimular las denominadas hormonas del bienestar

Estas liberan sustancias químicas que nos hacen sentir bien, que nos recompensan o que mejoran nuestro estado de ánimo. Sin embargo, también la dopamina y la serotonina presentan un reverso. La clave pasa por saber cómo estimularlas y mantenerlas de forma natural. 

¿Qué es la dopamina?

La dopamina pertenece a ese grupo de hormonas (donde también figuran la serotonina, las endorfinas o la oxitocina) que proporcionan bienestar. 

Se trata de un neurotransmisor clave en el cerebro, pues regula diversas funciones como la motivación y el placer, el aprendizaje y el control del movimiento. 

La dopamina, de hecho, está involucrada en lo que se conoce como el sistema de recompensa, es decir, en la generación de sensaciones de satisfacción y refuerzo positivo ante ciertas conductas. Estas pueden ser comer, hacer ejercicio, darse una ducha caliente… 

En definitiva, como todas las hormonas del bienestar, la dopamina está relacionada con el estilo de vida, especialmente el ejercicio y la dieta.

¿Qué es la serotonina?

La serotonina, por su parte, es un neurotransmisor que juega un papel clave en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el apetito, la digestión y otras funciones fisiológicas. 

Se la conoce como la hormona de la felicidad porque contribuye a la sensación de bienestar y estabilidad emocional

De hecho, su déficit se ha relacionado con trastornos como la depresión y la ansiedad. No en vano, existen medicamentos que aumentan sus niveles en el cerebro y que son usados en el tratamiento de la depresión y la ansiedad. En España, estos están entre los psicofármacos más recetados

Cuando las sensaciones no se obtienen de forma natural y equilibrada

¿Qué le ocurre a algunas personas cuando se enfrentan a una situación desagradable que se perpetúa con el paso del tiempo, cuando se sienten muy desgraciadas o insatisfechas? Que si no logran obtener esas sensaciones de bienestar, control y equilibrio a través de su estilo de vida, tratan de buscarlas por otros medios. 

Y es ahí cuando pueden surgir comportamientos nocivos. Por ejemplo, la adicción al consumo de alcohol, de videojuegos o de alimentos ultraprocesados de manera compulsiva. ¿Por qué? Porque el fin es obtener esa recompensa o gratificación inmediata que no se obtiene por otras vías, o  aumentar el bienestar emocional o la relajación de forma rápida.

El problema es que los niveles de dopamina y serotonina obtenidos mediante esta práctica, además de empeorar la salud física y mental e incidir sobre el comportamiento de las personas de manera negativa, tiene un efecto rebote. En otras palabras: la sensación de inmenso placer puede ser muy significativa, alcanzando la euforia o máxima excitación; pero también lo es la caída posterior de esa sensación, llegando incluso a sumir a las personas en la depresión

Tomar conciencia, recuperar la mente

Por esa razón, en un país donde el consumo de psicofármacos: antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos y sedantes, es significativo (el de antidepresivos es una tendencia creciente), muchos profesionales expertos en la materia recomiendan abrazar estilos de vida que faciliten la liberación de esas hormonas de manera eficaz y segura a largo plazo (a no ser que se padezca trastornos o factores que precisen de medicación prescrita).

Una de las personas que ha hecho hincapié en esta necesidad actual es la psicóloga Marian Rojas Estapé a través de su libro Recupera tu mente, reconquista tu vida (2024, Espasa).

Desencadenar la liberación de dopamina o serotonina de forma natural, por ejemplo, a través del ejercicio o leyendo un libro al sol, logra que estas aumenten de manera paulatina y se mantengan elevadas mucho tiempo después. 

Para Rojas, al igual que para otras personas expertas en la materia, una de las claves reside también en la necesidad de abandonar esa reciente adicción al placer, a la felicidad mal entendida, instantánea y no profunda. Es decir, a esa búsqueda incesante de buenos momentos que no corresponde con el sentido verdadero de la felicidad, sino más bien con uno relacionado con el consumo de bienes y experiencias de manera compulsiva y superficial para, además, compartir dichas conquistas después en las redes sociales.

En otras palabras: hay que saber lidiar con las emociones desagradables, buscar el equilibrio cuando este se nos escapa a través de cambios en nuestras rutinas diarias… Todo esto es clave para alcanzar la auténtica felicidad. España se sitúa como el tercer país de la Unión Europea en consumo de antidepresivos. Diversos factores contribuyen a este incremento. Sin embargo, como ha señalado Rojas en varias ocasiones, una sociedad adicta a la dopamina, por ejemplo, es una sociedad abocada a la intolerancia, a la irritabilidad, a la impaciencia…, que no gestiona situaciones de dolor o malestar inevitables en el transcurso de la vida. Y es que, hay que saber conectar de forma sana con el presente, tal y como señala esta autora.

Raquel Santos
Raquel Santos

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