La ventilación natural es siempre preferible, tanto para la salud como para el ahorro energético,…
Purificar el aire interior previene la expansión de los virus
Dentro de las medidas de prevención y seguridad en el ámbito laboral para frenar la expansión del Covid-19, eliminar las sustancias nocivas del aire es una de las acciones que cada practican más empresas.
Se ha comprobado que los edificios pueden ser focos de contagio del Covid-19, al concentrarse grupos de personas en un espacio reducido y cerrado. El aire tiene una mayor tasa de contaminación en espacios interiores si no se purifica. Esto se debe a que se concentran gran cantidad de gérmenes y de polvo que se propagan muy fácilmente.
Los expertos consideran que los virus de la gripe se transmiten a través de las gotas que se producen cuando los portadores tosen, estornudan o hablan. Si estas gotas entran en contacto con la boca, la nariz o son inhaladas por otras personas, lo más probable es que se contagien. Por eso, entre las medidas que apelan a la responsabilidad individual destacan la distancia de seguridad, llevar mascarilla para proteger la boca y la nariz, y lavarse constantemente las manos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha asegurado que el Covid-19 se transmite por vía aérea o por fómites. Por vía aérea se transmite a través de gotas grandes, mayores a 5 µm, en personas que se encuentren cerca. La segunda vía se debe al contacto directo e indirecto entre personas.
Aunque la OMS solo reconoce las dos vías mencionadas, también se baraja una posible tercera vía de transmisión aérea. Esta se realiza por microgotas de tamaño igual o inferior a 5 µm en presencia de patógenos. Son partículas suspendidas y transportadas por el aire (bioaerosoles). Estas microgotas pueden permanecer en el aire largos periodos de tiempo y, tienen la capacidad de transmitir patógenos por vía aérea a mayores distancias.
En espacios compartidos, las personas conversan y están en constante contacto. Los empleados pasan largos periodos de tiempo en su entorno de trabajo, y durante su jornada entran en contacto con compañeros de trabajo o con clientes del sector. Por otro lado, acudir a locales de ocio también puede aumentar este riesgo.
Por ello, se ha recomendado que los espacios compartidos purifiquen el aire, ya que el virus puede llegar a desplazarse hasta 50 metros. Esta distancia puede amplificarse si el espacio cuenta con sistemas de climatización que ayuden a su propagación.
Limpiar y desinfectar las superficies es importante, pero no es suficiente. Para prevenir la expansión del Covid-19, se aconseja eliminar las sustancias nocivas del aire. Estas recomendaciones no han sido contraindicadas.
Además, un aire purificado y un espacio interior ventilado refleja que a los organismos públicos y empresas les importa la seguridad de sus empleados y clientes. Es importante que garanticen la máxima calidad posible de su aire interior para proporcionar confianza y seguridad.
Los purificadores de aire AeraMax Pro han demostrado su eficacia al reducir el virus H1N1 en el aire en un 99,9% durante los primeros 35 minutos de funcionamiento. Además, se trata de un producto sostenible, al no hacer uso de químicos ni toxinas.
Estos productos de la empresa Fellowes incluyen filtros True HEPA. Según la Organización de Consumidores y Usuarios estos filtros son los más eficientes del mercado, ya que capturan el 99.97% de las partículas en el aire tan pequeñas como 0.3 micras. Están desarrollados con tecnología inteligente que minimiza el consumo de energía y alarga la vida útil de los filtros.
Otro ejemplo que podría tenerse en consideración para prevenir la propagación de virus y bacterías, es la luz ultravioleta (UV). Esta se usa especialmente en hospitales para desinfectar y esterilizar los equipos médicos. Aún así, existen varios motivos que invalidan el uso de los purificadores de aire UV en el hogar. Por un lado, no emiten rayos UV el tiempo suficiente para ser realmente efectivos, por lo que algunas bacterias podrían volver a reactivarse. Por otro lado, la luz UV no afecta a los contaminantes no biólogicos y además, estos purificadores pueden dañar la piel y los ojos, y producen ozono.
Actualmente, los productos con ozono no están recomendados ni por la OMS, ni por el Ministerio de Sanidad. El ozono en espacios cerrados puede irritar el tracto respiratorio, desencadenar ataques de asma, o dañar el sentido del olfato.
Sin embargo, la OCU insiste en que los purificadores son un complemento a estas medidas, pero no un sustituto. Por ello aconsejan la ventilación de los espacios interiores, y mantener las medidas de higiene y seguridad.
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