Suben los precios, no tanto los sueldos. La presión financiera se cuela en la vida diaria de los empleados… y en la estrategia de las empresas. En este contexto, muchas organizaciones empiezan a entender que cuidar el bienestar financiero no es un gesto amable, sino una palanca para retener talento, mejorar el clima laboral y fortalecer el compromiso. ¿Y si el seguro fuera la pieza que faltaba?
Desde 2020, el coste de la vida en España ha aumentado más de un 22%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, los salarios apenas han crecido un 10%. El alquiler se ha disparado cerca de un 30%, la cesta de la compra un 33% y los carburantes más de un 40%. Resultado: trabajadores con menor poder adquisitivo y empresas —especialmente pymes— sin margen para hacer grandes subidas salariales.
“Las subidas lineales de sueldo ya no son sostenibles para muchas compañías. Pero eso no significa que no puedan cuidar de su gente”, apunta Diana Hernández, directora de People & Solutions en JHASA, bróker especializado en soluciones aseguradoras corporativas.
El seguro como salario emocional (y real)
¿Y si una empresa pudiera mejorar la percepción salarial sin comprometer su cuenta de resultados? JHASA trabaja con muchas pymes en esta dirección: ofrecer seguros colectivos (salud, vida, ahorro…) como parte del salario emocional. Y el impacto, según sus datos, es inmediato.
“Una pyme puede proteger a toda su plantilla con un seguro colectivo competitivo por menos de lo que costaría subir un 5% las nóminas. Y el retorno en fidelización, bienestar y productividad es mayor”, explica Hernández.
Además, los seguros colectivos pueden integrarse en planes de retribución flexible, generando ventajas fiscales tanto para empresa como para empleado. Y, lo más importante: transmiten cuidado real, personalizado.
La clave está en adaptar las soluciones a cada entorno laboral. Algunos ejemplos reales:
- Limpieza y multiservicios: sectores con alta rotación y salarios limitados. Se implantan seguros de salud básicos como valor diferencial.
- Entornos híbridos o teletrabajo: seguros de accidentes en remoto, asistencia digital o protección ante ciberataques.
- Construcción y transporte: chequeos médicos periódicos, apoyo emocional y programas predictivos para reducir el absentismo.
- Tecnología, banca, M&A: seguros premium como herramienta para competir por perfiles clave.
Más allá del seguro: una ayuda 360 para la vida
JHASA también impulsa beneficios no aseguradores pero muy valorados, totalmente modulables y centrados en la conciliación:
- Cuidado de personas mayores o dependientes.
- Ayuda para hijos enfermos.
- Bonos de fisioterapia, psicoterapia o salud mental.
- Servicios para el cuidado de mascotas.
Todo desde una lógica empática: si cuidas lo que más importa a tus empleados, ellos cuidarán de tu empresa.
Datos que respaldan el cambio
El bienestar financiero ya se consolida como prioridad para muchas organizaciones. Según el informe The Future of Benefits (Willis Towers Watson, 2023), el 68% de las compañías europeas ya lo consideran un factor clave en su propuesta de valor para el talento.
En España, el estudio Tendencias en Beneficios para Empleados 2024 (Infoempleo y Merco Talent) señala que más del 60% de los profesionales valoran los seguros de salud, vida o ahorro como elementos prioritarios dentro del salario emocional.
Y no solo en grandes empresas. JHASA ha diseñado modelos modulares y escalables para que también las pequeñas compañías puedan configurar una propuesta adaptada a su realidad.
El bienestar financiero ya no es un lujo, es una necesidad. En un contexto de inflación sostenida y márgenes ajustados, las soluciones aseguradoras y los programas personalizados de beneficios se convierten en un aliado para las pymes que quieren avanzar sin dejar a nadie atrás. Porque si algo hemos aprendido en los últimos años es que el salario emocional no se mide solo en palabras bonitas, sino en acciones concretas. Y cuidar la salud financiera de los empleados es una de ellas.






