Mayo es el mes de la salud digestiva. El 29 de este mes se celebra el Día Mundial de la Salud Digestiva, una fecha que busca concienciar sobre la prevención y tratamiento de enfermedades o trastornos digestivos. Y es que el sistema digestivo está considerado como nuestro segundo cerebro. Tiene más neuronas, incluso que que la espina dorsal y actúa de forma independientemente al sistema nervioso central.
Varios estudios apuntan a que, además de sus funciones metabólicas e inmunitarias, la microbiota intestinal participa en la comunicación entre el intestino y el cerebro e influye sobre el funcionamiento cerebral. Por esta razón es imprescindible cuidarlo. Esto es más sencillo de lo que parece. Te aportamos algunos consejos:
Consume frutas y verduras:
El consumo de estos alimentos protegen la mucosa intestinal, son una gran fuente de antioxidantes y aportan agua, fibra, vitaminas y minerales a nuestro organismo. También es recomendable beber de 1,5 a 2 litros de agua al día ya que facilita la digestión y previene el estreñimiento.
Come despacio:
Masticar tranquilamente y saborear la comida traen muchos beneficios para nuestro sistema digestivo. Mejora la digestión y previene las molestias digestivas, nos permite disfrutar más de las texturas, aromas y sabores de los alimentos, ayuda a consumir menos calorías y nos aporta mayor saciedad.
Los complementos ayudan a digerir las grasas:
En general, los ácidos grasos omega-3 esenciales, como los del aceite de pescado, se encuentran en forma de triglicéridos que el sistema digestivo debe descomponer antes de poder absorberlos.
Consumir algún complemento alimenticio, como es el omega 3, ActiveComplex Marino Plus, de Pharma Nord obtiene omega-3 como “ácidos grasos libres” que ya están descompuestos y listos para la acción. Formulado con aceite de pescado con EPA y DHA, ácido fólico y vitamina B12, permite una mejor digestión que otras opciones.
Organiza las comidas del día:
Lo recomendable es distribuir la ingesta de alimentos del día en cinco tomas: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. Con esta planificación evitarás la sobrecarga del sistema digestivo y aportarás energía de modo continuado durante el día.