En la actualidad, solemos pasar en nuestro lugar de trabajo aproximadamente unas ocho horas, lo que supone la mitad del día. Si lo analizamos de manera más general, estamos, aproximadamente, un tercio de nuestra vida trabajando. Por ello, es importante alcanzar la felicidad en este ámbito, aunque parezca una utopía. Según el Instituto de Investigación Gallup, que realiza una encuesta de manera anual a 240.000 personas, un 87% de la población no es feliz en el trabajo. Pablo Claver, licenciado en Gestión Comercial y Marketing, da una serie de recomendaciones en su libro Por fin es lunes: 13 recetas para disfrutar de tu trabajo para ser más feliz y en el ámbito laboral y el entorno que le rodea.
Ver el lado positivo de las cosas es una habilidad que te ayuda a enfrentar las adversidades con ánimo, algo fundamental no sólo para nuestra vida profesional, sino para la personal también. El autor considera que, aunque una persona sea pesimista, puede aprender a ser optimista a través de sencillas técnicas. Los pensamientos positivos tienen más fuerza de la que creemos. Por ello, visualizar imágenes de este tipo y creer firmemente que las cosas van a salir bien aumentará la probabilidad de alcanzar nuestros objetivos.
La segunda receta que expone el autor versa sobre la importancia de cuidar la salud física y mental ya que, sin este vértice, los demás factores carecen de sentido. Hacer ejercicio de manera habitual, mantener una alimentación sana, gestionar el estrés y las situaciones que lo provocan, cuidar el aspecto y forma de vestir y realizarse chequeos médicos son, según el autor, claves tan sencillas como importantes para gozar de una óptima salud.
Para alcanzar la felicidad laboral de la que hablábamos anteriormente es imprescindible poner pasión en lo que hacemos. Pablo Claver cree que sin ella (la pasión) no llegarás demasiado lejos, así que intenta desde este momento ser entusiasta, ponerle ganas a lo que haces en el trabajo y fuera de él y verás como estás más contento, transmitiendo esa buena energía a jefes, compañeros, clientes y proveedores. Sin embargo, si actuamos por compromiso y sin creer en aquello que hacemos, se acabará notando y transmitiremos malas sensaciones.
El ser humano cuenta con dos tipos de habilidades. Por un lado, se encuentran las duras, que corresponden al saber y se adquieren durante las etapas estudiantiles y los primeros años de trabajo. Mientras que las habilidades blandas corresponden al saber hacer y son las competencias que necesitamos para poder actuar e interactuar con las personas y hacer las cosas de manera efectiva, tanto en el trabajo como fuera de él.
Hay ciertos actos que se llevan a cabo de manera automática y acaban por convertirse en malos hábitos y costumbres que, lejos de lo que pensamos, se pueden modificar porque no nacemos con ellos. El autor propone unos sencillos consejos para romper con las prácticas negativas:
– Escoge un hábito que quieres cambiar
– Busca un motivo para cambiar
– Créetelo y visualízalo
– Ponle una fecha de inicio y una fecha límite
– Rompe puentes con el hábito anterior
– Hazte un regalo cuando lo consigas
Dar ejemplo no es solo responsabilidad de los jefes, sino que sea cual sea el puesto y la posición que se ocupa en la empresa se debe ser coherente con las actuaciones y predicar con el ejemplo. Si, en algún momento, detectas que estás actuando mal o alguien te lo dice, no lo percibas como una crítica y trata de cambiarlo. De esa manera, te sentirás más a gusto con la labor que estás desarrollando. Otro aspecto importante es reconocer los errores en público, no tratar de taparlos porque tu credibilidad se puede ver afectada.
La gestión del tiempo es una asignatura que, como bien apunta el autor, solemos suspender todos, ya que tendemos a pensar que no disponemos de tiempo para nada y nuestra frustración va en aumento. Para solventarlo, el autor propone una serie de consejos o recomendaciones para gestionar el tiempo de la manera más efectiva:
– Lo más urgente es ser feliz: Empieza por lo que menos te apetece hacer y quítate rápidamente lo que te estrese
– Haz un cuadro de distribución del tiempo: Céntrate en las tres tareas fundamentales, trabajo, familia/amigos y espacio personal. Si ves que no te gustan los resultados, intenta cambiar algunos hábitos.
– Delega todo aquello que se pueda delegar
– Aprende a decir no sin sentir pena o vergüenza
– No planifiques más del 50% de la semana con citas y reuniones
– Utiliza la teoría del pegamento: No dejes cosas pendientes, si puedes hacer algo ahora, hazlo.
– Mira la bandeja de coreos electrónicos solo dos veces al día, a primera hora de la mañana y a primera hora de la tarde.
– Sigue este consejo de Dalai Lama: Haz hoy lo que no hiciste ayer y lo que puedas adelantar de mañana
Con esta serie de pequeñas píldoras y aplicando los consejos indicados comprobarás como, poco a poco, tu felicidad en el ámbito laboral aumentará.
