No está de sobra insistir en la necesidad acuciante de creatividad e innovación para salir airosos en los momentos tan complicados por los que atravesamos. Las personas, empresas y organizaciones tienen el reto de ser extraordinariamente dinámicas, flexibles e ingeniosas para encontrar soluciones que se anticipen a los problemas y descubrir oportunidades ocultas. La diversidad de conocimientos, habilidades y experiencias en los equipos aporta esa flexibilidad y capacidad para dar soluciones creativas a los problemas.
Las personas somos diversas también en cuanto a motivación. La motivación es nuestro motor emocional. Produce la energía que nos impulsa a la acción para satisfacer nuestras necesidades, aspiraciones y expectativas. Si analizamos las prácticas de dirección en las organizaciones, nos daremos cuenta de que se suele partir de un supuesto básico: que a todos nos mueve lo mismo. Pero a cada uno de nosotros nos motivan o ilusionan diferentes cosas, en diferente grado.
En mi libro Motivación Inteligente presenté un modelo multidimensional de motivación, que pretende reflejar la diversidad humana de anhelos y expectativas: la Rueda de Motivos. Consta de 5 dimensiones bipolares, cuyos dos polos se representan contrapuestos en el gráfico (por ejemplo, logro/hedonismo):
Como vemos, hay roles más proclives a la innovación, como es el Creativo, y será
imprescindible contar con ellos en el equipo, así como favorecer un clima en que se
sientan libres de aportar ideas novedosas, que suelen desafiar el statu quo. Pero
sabemos que la innovación no es sólo aportar ideas, sino que también hay que
valorarlas, desarrollarlas e implantarlas. Para llevar a cabo el proceso completo de
innovación en equipo se puede aprovechar el talento diverso que aporta cada uno de
los roles, siempre y cuando tengan la oportunidad de intervenir en la fase apropiada
del proceso.
Podemos hacernos una idea de nuestro perfil de motivos contestando a estas preguntas:
· ¿Prefiero un trabajo creativo, sometido a incertidumbre (Exploración), o un trabajo ordenado y metódico (Seguridad)?
· ¿Me siento a gusto trabajando en grupo (Afiliación) o prefiero tener autonomía e independencia (Autonomía?
· ¿Aspiro a coordinar a otros (Poder) o prefiero ser un miembro más del equipo (Cooperación)?
· ¿Disfruto con los retos difíciles de superar ( Logro) o prefiero dosificar mis esfuerzos (Hedonismo)?
· ¿Me siento pagado con el sentimiento de haber ayudado a otros (Contribución) o sólo trabajo por dinero (Conservación)?
Naturalmente tenderemos a situarnos entre los dos polos, pero si queremos conocernos mejor habremos de hacer un esfuerzo de imaginación, pensar en una situación límite en la que tuviéramos que elegir entre los dos extremos y preguntarnos ¿Hacia dónde me decantaría?.
Estas y otras preguntas similares nos ayudarán a conocer nuestro perfil de motivos y a identificar las posibles motivaciones de las personas de nuestro equipo. También se puede utilizar el cuestionario APM (Análisis del Perfil Motivacional. Valderrama, 2010) para obtener un perfil y un informe de feedback estructurado.
La Rueda de Motivos nos permite además conocer los diversos roles de los miembros del equipo, ayudando a asumir la diversidad como una fuente de riqueza, entender cómo puede contribuir cada uno a los resultados y a la innovación desde su propio estilo, y encontrar el estilo de comunicación y liderazgo apropiado para cada persona.
Un rol es una tendencia particular a comportarse, contribuir y relacionarse socialmente con los miembros del equipo. Cada miembro del equipo, en función de su perfil motivacional, asume con más espontaneidad unos roles que otros. En la figura 2 podemos ver los distintos roles según su motivo fundamental, articulados en 5 dimensiones de complementariedad.
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