Wellbeing washing: conveniencia disfrazada de bienestar

por | Ago 2, 2023

Si el pasado año nos alertaban sobre la perversidad del greenwashing, práctica para ganar adeptos desde la falsa sostenibilidad en las empresas, y el bosswashing, una especie de postureo que atenta contra el verdadero liderazgo, este año le toca el turno al wellbeing washing, más de lo mismo pero en otro ámbito que atañe a la empresa. Todo ello bajo el pretexto de vender valores éticos inexistentes.

 Las organizaciones que practican el wellbeing washing invierten grandes esfuerzos en la publicitación de una política corporativa del bienestar, es decir, que pone a la plantilla en el centro del interés empresarial. Sin embargo, como ocurre en los fenómenos citados más arriba, dicha estrategia es papel mojado, una simple solución de marketing para venderse como corporación amigable, pero que poco o nada hace por conseguirlo.

 Lamentablemente, existen muchos ejemplos que demuestran hasta dónde son capaces de llegar algunas entidades con este tipo de prácticas, que no son más que un lavado de cara.

La importancia creciente del bienestar en la empresa

 A raíz de la pandemia, las prioridades de los equipos de trabajo han cambiado en nuestro país. Las posibilidades de conciliación, el crecimiento profesional o el participar de entidades asentadas en valores de justicia social o medioambiental comienzan a tener tanto o más peso que el propio salario.

Solo tenemos que acudir a los estudios más recientes para constatar dicha realidad. Por ejemplo, 9 de cada 10 trabajadores demanda un modelo laboral con teletrabajo, tal y como se desprende del último análisis sobre expectativas laborales desarrollado por Edenred y Seresco. Y según la Encuesta Global 2023 a Millennials y Generación Z desarrollada por Deloitte, un 44 % de la Generación Z y un 37 % de los millennials afirman haber rechazado tareas por motivos éticos; más de un 35 % ha declinado ofertas de trabajo porque no se alinean con sus valores.

Estos no son los únicos documentos que nos invitan a reflexionar sobre las nuevas demandas laborales. El informe Tendencias en beneficios para empleados de 2023, elaborado por Cobee a través de entrevistas a trabajadores y trabajadoras de España, señalaba que el 35,3 % de las personas consultadas ha pensado en dejar su empresa en los últimos seis meses, un 45 % en el caso de profesionales con edades comprendidas entre los 25 y los 34 años. Las causas son varias, pero todas indican una desafección de los equipos de trabajo hacia sus empresas ante la incapacidad de alcanzar ciertas expectativas profesionales, entre ellas unas condiciones de trabajo que favorezcan su bienestar. 

Así pues, la salud física y psicológica, pero también la emocional, redundan en la felicidad de los empleados y empleadas. Y ya se sabe, las plantillas felices son hasta un 13 % más productivos. 

 ¿Por qué manipular la realidad de la política corporativa?

Sin embargo, ¿cómo alcanzar tal estado de felicidad? La empresa debe introducir en la ecuación ciertas ventajas y condiciones de trabajo facilitadoras, es decir, que redunden en el bienestar físico y mental de las plantillas. El wellbeing es la estrategia encargada de ello, por esa razón se ha convertido en el talón de Aquiles de los departamentos de RRHH, es decir, en una inversión cada vez más valorada por su efectividad.

Pero, cómo tal, hay quienes ven en el wellbeing una oportunidad de oro para fidelizar a sus trabajadores y atraer nuevo talento sin realmente tomar medidas al respecto. Estas corporaciones prometen planes de compensación que incluyen servicios de atención psicológica, medidas de flexibilización de la jornada, mayor conciliación…, que, por contra, nunca llegan. O simplemente trasladan a la ciudadanía su compromiso con todas ellas ante la mirada atónita de trabajadores y trabajadoras que, obviamente, no perciben ninguno de estos beneficios.

Lo cierto es que dichas prácticas engañosas acaban por dinamitar la empresa, bien desde dentro, bien desde fuera. 

Gracias a internet y a las redes sociales, resulta muy sencillo constatar si una política empresarial predica realmente con el ejemplo. Y las consecuencias de que dichos desmanes salten a la palestra pública son desastrosas, provocando una crisis de reputación difícil de subsanar, especialmente para grandes corporaciones, tal y como ha ocurrido con los casos de greenwashing más llamativos de los últimos años.

Y es que, una vez más, las plantillas y la sociedad reclaman honestidad. Esa es la base sobre la que ha de diseñarse toda estrategia empresarial, también la de wellbeing. El compromiso de los equipos de trabajo, especialmente los que integran las nuevas generaciones, difícilmente se construirá sobre una gran mentira corporativa.

Elena Carrascosa
Elena Carrascosa

Directora de Contenidos y experta en gestión de comunidades B2B. Desde 2019 impulsando Canal CEO, Barra de Ideas, Menudas Empresas y Mi Empresa es Saludable, comunidades especializadas en los territorios de Liderazgo, Gestión de Restauración, Bienestar Laboral y Gestión de Pymes con vocación de crecimiento.

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