El sedentarismo se ha instalado en nuestra rutina, como si el cuerpo no formara parte del trabajo. Pensamos que lo importante solo está en la cabeza: las ideas, las decisiones, los datos. Pero la ciencia lleva años diciéndonos lo contrario. Moverse no es solo una cuestión de salud física. Es también una forma de activar la mente, regular el estrés y pensar mejor. Cuida tu cuerpo en horario laboral: pausas activas y nanoentrenamientos.
Durante siglos lo tuvimos claro: mente y cuerpo iban de la mano. Hoy, en pleno siglo XXI, rodeados de métricas, pantallas y jornadas laborales infinitas, parecemos haberlo olvidado.
El viejo principio latino mens sana in corpore sano sobrevive más como lema de gimnasio que como verdad estructural.
Pero la ciencia lo confirma con contundencia: quien se mueve, rinde mejor. Y no solo físicamente. También mental y emocionalmente.
Ocho horas sin moverse no salen gratis
Pasamos buena parte del día sentados, sin levantar la vista de una pantalla. Pensamos que trabajar es solo cosa del cerebro. Que el cuerpo puede esperar. Pero el cuerpo también trabaja, y cuando lo dejamos fuera, el sistema entero se resiente.
La inactividad prolongada afecta a mucho más que la espalda.
Reduce la oxigenación del cerebro, frena la circulación, altera la postura, incrementa la tensión muscular, eleva el cortisol —la hormona del estrés— y favorece una fatiga difusa que no siempre sabemos de dónde viene.
No es casualidad que los niveles de cansancio, desmotivación o bloqueo mental aumenten cuando no nos hemos movido en todo el día.
El sedentarismo no solo resta salud. Resta inteligencia funcional.
El cuerpo no es solo hardware: también piensa
La evidencia científica es clara. Movernos tiene un impacto directo nuestra capacidad de atención, memoria y toma de decisiones:
- Aumenta el riego sanguíneo cerebral.
- Favorece la neuroplasticidad gracias a la liberación de BDNF (una proteína clave para el aprendizaje).
- Mejora la regulación emocional al reducir los niveles de cortisol y aumentar la serotonina.
- Estimula la producción de endorfinas, elevando el estado de ánimo.
- Y ayuda a desconectar del piloto automático, lo que facilita una mayor presencia mental en el trabajo.
Incorporar pausas activas y nanoentrenamientos en el trabajo no solo mejora la salud física. Potencia la concentración, la energía y el equilibrio emocional de los equipos.
La salud es eficiencia
Si queremos que nuestros equipos estén comprometidos y brillen por su capacidad de adaptación, ignorar el cuerpo es un lujo que ninguna organización puede permitirse.
Las empresas que integran el movimiento en sus dinámicas internas —pausas activas, entrenamientos breves, talleres de ergonomía— lo hacen por una razón pragmática:
- Rinden más.
- Se concentran mejor.
- Se enferman menos.
- Y están emocionalmente más disponibles para el trabajo en equipo y la toma de decisiones.
La Harvard Business Review lo resume así: los trabajadores físicamente activos tienen hasta un 20 % más de rendimiento en tareas complejas. Y según el UK NHS, las pausas activas regulares pueden reducir el riesgo de dolencias musculoesqueléticas en más de un 30 %.
La falta de tiempo no es excusa
Cuida tu cuerpo en horario laboral. No hace falta un gimnasio ni ropa técnica.
Basta con una silla, una pared, cinco minutos de pausa estructurada. Lo que se conoce como pausas activas o nanoentrenamientos: rutinas breves que combinan movilidad, respiración y fuerza ligera, adaptadas al entorno laboral.
Son prácticas sencillas que interrumpen la espiral sedentaria, reactivan el cuerpo y limpian la mente. Y lo mejor: pueden hacerse sin salir del trabajo, sin interrumpir el ritmo y sin pedirle más tiempo al día.
La clave está en convertirlo en hábito. Establecer horarios, incorporar recordatorios, normalizar el gesto. Y sobre todo: que los equipos directivos den ejemplo.
El bienestar empieza y acaba en el cuerpo
La conversación sobre salud mental está más viva que nunca.
Pero no será completa si no incluimos al cuerpo en ella. Porque la ansiedad, el bloqueo, el agotamiento emocional… también se gestionan desde los músculos, los pulmones, el movimiento.
¿Nos ponemos en movimiento?
En Mi Empresa Es Saludable llevamos años acompañando a empresas que entienden que el bienestar no se delega: se construye.
Diseñamos programas reales, sostenibles y adaptados a la vida corporativa:
- Pausas activas estructuradas dentro de la jornada.
- Talleres de ergonomía y movilidad funcional, impartidos por fisioterapeutas y expertos en CAFYD.
- Nanoentrenamientos presenciales o virtuales, sin material y para todos los niveles.
- Retos colectivos de movimiento, que fortalecen el compromiso y la cultura del autocuidado.
+¿Quieres que te contemos cómo podría aplicarse en tu empresa? Escríbenos. Te ayudamos a convertir la nutrición en un recurso al servicio del talento.