Eva Bach: “Las redes sociales amplifican y agravan peligrosamente el desconocimiento de las emociones”

por | Ene 22, 2025

En su libro “Disparates emocionales”, Eva Bach, una de las pedagogas más reconocidas de España, aborda los errores comunes en la gestión emocional y ofrece una guía para una comprensión más profunda y saludable de las emociones.

Este texto es especialmente relevante para los profesionales del bienestar laboral, quienes pueden aplicar sus enseñanzas para mejorar el ambiente emocional en sus equipos. Así, Bach identifica y deshace treinta malentendidos y disparates que circulan ampliamente en la sociedad actual, especialmente en redes sociales. Estos mitos, a menudo propagados por influencers sin formación adecuada, distorsionan la comprensión de las emociones y pueden llevar a prácticas poco saludables

El libro destaca, además, la importancia de una educación emocional auténtica y bien fundamentada. No en vano, Bach critica las “educaciones emocionales” que no educan ni son sanas, y ofrece una brújula para una transmisión emocional saludable, tremendamente útil en el ámbito corporativo a la hora de desarrollar programas de formación emocional o fomentar un ambiente donde las emociones sean valoradas y gestionadas de manera equilibrada.

¿Por qué dice que vivimos un “auge caótico” de las emociones?

Eva Bach: Vivimos un auge, desde hace unas décadas, por una serie de descubrimientos, estudios científicos y hechos diversos que corroboran de sobra la relevancia vital de las emociones como dimensión humana esencial equiparable a la razón y al conocimiento. Por ejemplo, existe un macro estudio reciente que constata la estrecha relación entre emociones y salud mental. También son más que evidentes las secuelas de la pandemia en este sentido. Pero a la vez vivimos un caos porque las emociones siguen siendo unas grandes desconocidas y ahora, para rematar, las redes sociales amplifican y agravan peligrosamente este desconocimiento. Circulan constantemente una gran cantidad de malentendidos, falsedades y
disparates que hacen que se confundan las buenas y malas prácticas emocionales, y nos creemos preceptos, estereotipos y tópicos superficiales, carecidos de cimiento o directamente engañosos, que perjudican gravemente la madurez y la salud emocional y mental, tan personal como social.

¿Qué significa para usted una “educación emocional saludable”?

Eva Bach: Una educación o transmisión emocional conocedora de la dimensión intrapsíquica de las personas, con cimientos y criterios psicopedagógicos sólidos y rigurosos. Más orientada a la salud que a la felicidad, puesto que es esencial preservar la salud cuando la felicidad se nos resiste, ya que hay formas de felicidad no saludables ni convenientes. Es una educación que
escucha y atiende el que nos pasa por dentro, que equilibra autoestima y empatía, que pone corazón en la mirada, en la escucha y en el habla, que quiere formar niños y adolescentes conscientes, asertivos, responsables, comprometidos, humildes, resilientes. Que ni ningunea las emociones ni las adora, que acontece fuente de sensibilidad, de saber y de humanización.

Todo esto es imposible sin conocer y comprender la complejidad del término emoción. Se habla mucho pero no tenemos ni idea, solo hay que ver el mal uso y el abuso del término en los medios e incluso en ámbitos académicos y educativos. La visión que se tiene es muy simple, sesgada y restringida. Prolifera su concepción estrictamente biológica, primaria e instintiva, y no se promueve la metaemoción, es decir, la emoción lúcida, sabia, sutil, la que acontece como bálsamo para las heridas del vivir y es fuente de humanización. Llegar supone partir de la biología pero ir más allá, constituye un acto de autocreación y de Inteligencia afectiva, y requiere un proceso personal de crecimiento y de aprendizaje a lo largo de la vida, igual que cualquier otra disciplina del saber, pero con unos procedimientos específicos y diferentes, su eje vertebrador es que se produzca una transmisión adulta saludable durante la infancia y la adolescencia.

La educación emocional no es una cuestión de currículums, programas ni maletas didácticas, no se trata de preguntar cómo te sientes, de pintar y colorear emociones ni de decirte todo el día cosas positivas. Es una cuestión de actitudes vitales y educativas, de formas de relación y de estilos de comunicación.

Menciona “12 malas prácticas emocionales” en su libro. Podría compartir cuál de estas considera la más prevalente y qué impacto tiene en nuestra sociedad?

Eva Bach: Efectivamente, menciono 12 transmisiones emocionales distorsionadas o desvirtuadas, y la que considero más prevalente es la que denomino “modo influencer”, que se ha convertido en un escaparate que aglutina y supera carencias y despropósitos de todas las otras. Es la transmisión emocional propia de youtubers, instagramers, tiktokers y todo tipo de charlamequers. Su impacto social y educativo acontece preocupando porque en muchos casos se trata de comprimidos virtuales instantáneos, superficiales, estereotipados, carecidos de criterio, rigor, cimiento, matiz, incluso falsos, que impiden o suplantan la reflexión pausada, la lectura y la formación presencial, aspectos vitales e indispensables todos ellos porque comportan una mayor interacción e interpelación personal, un mayor compromiso y unos efectos más consistentes y persistentes. Tengamos en cuenta que ninguna angustia existencial, ningún desierto interior, ninguna depresión, ningún trastorno emocional, etc., se cura, se transforma o se revierte con un reel de Instagram o un video de TikTok. Y ninguna verdad personal profunda tiene que ser dictada tampoco desde fuera ni puede ser revelada o asumida de estas maneras.

¿Qué función se les habría de dar a las redes sociales en el contexto de la educación emocional, considerando su capacidad tanto para informar como para distorsionar?

Eva Bach: Hay algunas condiciones imprescindibles para favorecer un uso emocionalmente saludable de las redes. Una es guiarnos por el currículum y la trayectoria conocida de los profesionales que seguimos, en ninguna parte por su número de followers, likes y posts. Alerta si alguien cuelga posts constantemente, ¿podría ser por pura dependencia suya, por necesidad de autopromoción, de exhibicionismo, de autobombo…? Y alerta si nos hacemos “dependientes” de los posts de alguien, puede ser un acto de seguidismo, de evasión, de distracción, más que no algo realmente formativo, transformador, beneficioso. Por otro lado, asegurémonos que los contenidos que seguimos se sustentan en conocimiento amplios y sólidos, en estudios, investigaciones, evidencias, y sobre todo que los/las influencers que seguimos no se miran solo el propio ombligo sino que citan otros autores/se, fuentes, estudios, experiencias, y van más allá de sus propias elucubraciones y verborreas.

Elena Carrascosa
Elena Carrascosa

Directora de Contenidos y experta en gestión de comunidades B2B. Desde 2019 impulsando Canal CEO, Barra de Ideas, Menudas Empresas y Mi Empresa es Saludable, comunidades especializadas en los territorios de Liderazgo, Gestión de Restauración, Bienestar Laboral y Gestión de Pymes con vocación de crecimiento.

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