Llevar comida sana a nuestro lugar de trabajo nos permite tener una alimentación más saludable.
Las claves para comer sano en el trabajo
Comer comida casera en el trabajo es mucho más sano, permite controlar los ingredientes, el método de cocción y nos hace responsables de nuestra alimentación.
Hay muchas razones para llevar la comida hecha en casa al trabajo: ahorrar dinero, ganar tiempo para hacer ejercicio al mediodía o salir antes. Pero hay una razón mucho más importante: comer comida casera es mucho más sano, permite controlar los ingredientes, el método de cocción y nos hace responsables de nuestra alimentación. Decidimos lo que queremos comer, compramos la mejor materia prima y diseñamos nuestro propio menú semanal variado y completo. Son muchas las personas que cada vez más llevan comida casera al trabajo, unas porque están a dieta y quieren perder peso y no tienen otra opción y otras porque entrenan y necesitan tener un control de la alimentación cada día. Estas son las 10 claves para comer sano en el trabajo:
- No repetir el mismo plato, cada día debemos comer un plato diferente y organizarnos para comprar lo que necesitemos y cocinar los ingredientes que nuestro cuerpo requiera.
- Encontrar un espacio para comer. Si el horario es de 9 a 5, podemos pedir en el departamento de personal de la empresa que se habilite un lugar como comedor con mesas, una pila para fregar, nevera para poder mantener la comida fría y evitar las intoxicaciones alimentarias y microondas para calentar los platos y comer mejor. También se puede recaudar dinero entre los compañeros y comprar electrodomésticos pequeños para tener en la oficina más a mano.
- Tener a mano productos de despensa. Si tenemos un lugar para dejar las vinagreras, la sal, algunas latas, etc., podremos variar la dieta y hacer algunos platos como ensaladas en 5 minutos, ahorrándonos cocinar en casa.
- Cocinar por dos. Un truco que facilita organizar las comidas es doblar la cantidad de comida de la cena para el primer plato, especialmente las verduras. Podemos cocer más cantidad en la olla por la noche y guardarlo en la nevera en contenedores individuales para tener siempre a mano un primero sano.
- Aprovechar el fin de semana para cocinar. Si tenemos un congelador grande en casa podemos aprovechar para cocinar platos el fin de semana y guardar en fiambreras individuales congeladas para ir sacando cada día lo que queramos comer. Solo hay que rotular bien cada envase con lo que lleva dentro y la fecha de envasado.
- Utilizar los productos enlatados y los botes de cristal. Los enlatados solucionan la vida sin riesgos, basta que con escoger alimentos poco calóricos en su versión más natural como atún, salmón, berberechos, almejas, mejillones, etc. Si no queremos cocinar las legumbres en casa podemos recurrir a los botes de cristal con legumbres cocidas con agua y sal. Es necesario evitar las salsas y los embutidos y lavar las legumbres antes de utilizarlas para eliminar el agua del bote y evitar los aditivos, sal, conservantes, etc.
- Disfrutar de las ensaladas lavadas. Ahora hay muchas marcas que venden las ensaladas ya lavadas y listas para servir ahorrándonos mucho tiempo y con la ventaja de llevárnoslas al trabajo para hacer una ensalada completa con todo tipo de ingredientes.
- Organizarse entre compañeros de trabajo. Si todos comemos en el trabajo es más sencillo que cada día uno traiga la comida para todos. Si nos ponemos de acuerdo 5 personas cada uno cocinará una vez a la semana solamente y podemos aprender nuevas recetas de nuestros compañeros.
- Si el plan no nos convence se puede conseguir comida casera sana para llevar en algunos establecimientos cerca de casa. No es lo mismo y es más caro pero algunos sitios tienen hasta nutricionistas que pueden hacer dietas a medida para llevar cada día al trabajo.
- Beber agua en el trabajo. Hay que cuidar la hidratación a lo largo de todo el día. Si pasamos 8 horas mínimo en el trabajo hay que beber varias veces, para conseguirlo nada mejor que tener una botella de agua propia en el trabajo. Se puede rellenar y así controlar la cantidad de líquido que ingerimos, también se pueden hacer bebidas isotónicas para ir tomando a lo largo del día, especialmente si el trabajo es activo y requiere movimiento o un esfuerzo físico. Cuanto más se sude, más se debe beber.
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