Hace ya más de dos décadas, cuando trabajaba en una revista deportiva, me llamó la atención ver a compañeros ponerse las zapatillas a mitad de la jornada para salir a correr. Volvían sudorosos, sonrientes… y productivos. Entonces no sabía que la ciencia lo acabaría demostrando: moverse mejora el ánimo y dispara el rendimiento. Hoy, numerosos estudios lo confirman. Practicar ejercicio físico de forma regular reduce en un 43% los niveles de mala salud mental (The Lancet Psychiatry) y los empleados que se ejercitan en horario laboral son un 21% más productivos (Universidad de Bristol).
Pero, ¿cómo llevar esto al mundo real de las empresas? ¿Cómo se activa una cultura del movimiento que realmente cale en los equipos?
En el II Encuentro de Empresas Pioneras del Bienestar, organizado por Mi Empresa es Saludable, tres mujeres líderes compartieron su experiencia: Marga Maldonado (Top Doctors), Araceli Escobedo (Urban Sports Club) y Noemí Muñoz de Arcos (Sucesores de Muñoz y Pujante), quienes abordaron esta conexión entre cuerpo, emoción y empresa desde ángulos distintos… pero con una convicción común: cuando te mueves, todo fluye mejor.
El ejemplo como punto de partida
Noemí Muñoz lo dejó claro desde el minuto uno: “En las pymes, lo primero es dar ejemplo”. Como directora de operaciones de una empresa familiar con 50 empleados, se involucra personalmente en promover el bienestar. Conoce los hábitos de su equipo, les anima, organiza retos saludables y participa con ellos. “Decirles que hay que cuidarse sin hacerlo tú primero, no funciona”, afirmó. Su empresa fue reconocida en 2024 como la Pyme Saludable del Año, y no es casualidad: han tejido una red interna de confianza y coherencia donde cuidarse es parte de la cultura.
Por su parte, Marga Maldonado explicó cómo en Top Doctors, empresa de referencia en el sector salud, el enfoque parte de no ser un freno a los buenos hábitos. “Mi objetivo es no ser un stopper. No les decimos qué hacer, pero creamos condiciones para que cuidarse sea fácil”, apuntó.
Entre sus medidas: prohibido comer delante del ordenador, espacios diseñados para desconectar, apoyo a iniciativas deportivas autogestionadas o permitir flexibilidad de horarios para practicar deporte. El resultado no se mide solo en cifras: “Cuando fomentas el compañerismo, aparece el compromiso. Y ese es el verdadero KPI del bienestar”, sentenció.
El bienestar ya no es opcional (y los datos lo saben)
Araceli Escobedo trajo a la mesa datos reveladores del Wellbeing Compass, estudio europeo de Urban Sports Club, donde se muestra que España lidera en bienestar físico… y también espiritual. “Somos un país que valora sentirse bien”, explicó. Pero, advirtió, para consolidar esa tendencia es clave ofrecer alternativas reales: flexibilidad, variedad y personalización.
Desde Urban Sports Club ayudan a empresas a implementar programas de movimiento adaptados. ¿Resultados? Reducción del absentismo, mejora del clima laboral y mayor atracción del talento joven. “Los Z no lo ven como un extra, lo consideran un derecho básico”, recalcó Escobedo.
Y además es clave liderar con zapatillas. Todas coincidieron: si el CEO no se mueve, no hay cultura que avance. “El líder saludable contagia”, recordó Araceli. Marga añadió que el liderazgo hoy va más de conexión que de control, y que romper con los sesgos del “si se levanta, no trabaja” es urgente. “Hay quien aún cree que hacer una llamada caminando es perder el tiempo. Pero moverse también es pensar”, sentenció.
Socorristas emocionales y pausas activas
Una de las ideas más potentes fue la figura del “socorrista emocional”. Ese compañero que detecta señales de estrés y propone un paseo, una conversación, una pausa. Porque cuidar también es eso: estar atentos.
Y es que, como explicó Marga, aún persisten sesgos que asocian parar con vaguear. Por eso es tan importante que la cultura del movimiento esté enraizada en la escucha y la libertad: cada uno debe poder moverse como quiera, cuando lo necesite. Y eso, a veces, requiere rediseñar espacios, horarios y, sobre todo, mentalidades.
Más allá de las apps, los retos o las métricas, lo que quedó claro en esta mesa es que el bienestar físico no es una moda ni una campaña puntual. Es un compromiso diario con las personas, un catalizador de energía colectiva y un factor estratégico para cualquier organización.
Como dijo Noemí Muñoz al cerrar: “Cuando la gente se siente en casa, se implica. Da más. Se queda. Y eso, en una pyme, vale oro”.






