La salud laboral entra en una nueva era gracias a la inteligencia artificial de voz. La startup Tucuvi se convierte en la primera en Europa en obtener la certificación de clase IIb para un producto sanitario con IA, marcando un antes y un después en la integración tecnológica del sistema de salud.
Mientras la inteligencia artificial sigue abriéndose paso en todos los sectores, en el ámbito del bienestar laboral y la salud ocupacional su integración aún parecía lejana. Hasta ahora. La española Tucuvi acaba de lograr un hito sin precedentes: convertirse en la primera empresa en Europa en obtener la certificación de producto sanitario de clase IIb para una IA de voz médica, avalada por el Reglamento Europeo de Productos Sanitarios (MDR).
Este paso no es solo simbólico: implica la validación oficial de su seguridad y eficacia clínica en contextos reales de atención sanitaria, como el seguimiento de pacientes crónicos, la atención domiciliaria o la automatización de tareas repetitivas de bajo valor para los profesionales.
“Esta doble certificación no es solo un respaldo regulatorio; es la confirmación de que la inteligencia artificial puede integrarse en la práctica clínica con todas las garantías”, afirma María González, cofundadora y CEO de Tucuvi.
¿Qué significa esta certificación para el bienestar laboral?
En un momento en que los departamentos de Recursos Humanos, PRL y salud laboral luchan por combinar eficiencia y humanización del cuidado, la IA de voz se presenta como un aliado natural para aliviar carga asistencial, mejorar la trazabilidad de intervenciones, optimizar procesos de seguimiento y, sobre todo, liberar tiempo de los profesionales sanitarios.
Según el Informe Sanidad 2024 de PwC, la automatización de tareas clínicas rutinarias puede reducir en un 25 % el tiempo que los sanitarios dedican a labores administrativas, permitiéndoles concentrarse en actividades de mayor impacto para el bienestar de los empleados. Tareas como seguimientos postincapacidad, recordatorios de pruebas médicas periódicas, o entrevistas iniciales de salud, podrían estar operadas con soluciones como la de Tucuvi en un futuro próximo.
“Tucuvi ha demostrado ser una herramienta fiable, intuitiva y totalmente escalable, que mejora la atención médica sin comprometer la seguridad de los datos”, destaca Raquel Broullon, enfermera de Ribera Salud, grupo que ya emplea esta tecnología en sus sistemas.
Una voz certificada, un futuro más seguro
Más allá de las expectativas, el aval técnico es riguroso. La certificación ISO 13485, que Tucuvi ha obtenido también recientemente, garantiza que la compañía opera bajo un sistema de gestión de calidad específico para fabricantes de productos sanitarios. Esto asegura control total sobre diseño, producción, trazabilidad y mejora continua de la solución.
Tal como explica la European Commission Medical Device Coordination Group, solo un 7 % de las soluciones digitales relacionadas con salud consiguen esta certificación en el primer intento, lo que subraya la solidez del modelo de Tucuvi.
“La innovación en IA debe ir de la mano de la evidencia y la seguridad, especialmente cuando se trata de datos clínicos, que se encuentran entre los más sensibles y protegidos”, señala Tania Menéndez, Digital Transformation Officer en Ribera Salud.
IA aplicada al seguimiento asistencial
La propuesta de Tucuvi está basada en LOLA, su asistente de voz médica. Este sistema es capaz de realizar llamadas automatizadas a pacientes para hacer seguimiento clínico, detectar señales de alerta y derivar automáticamente a profesionales sanitarios si se detecta riesgo o complicación.
En cifras, ha multiplicado por cinco el volumen de llamadas en el último año y ya está presente en más del 10 % de los hospitales públicos de España, con un ritmo de expansión de tres nuevos hospitales al mes. Además, su expansión internacional ya ha comenzado con operaciones en Reino Unido y Portugal.
¿Y qué puede aportar esta IA al mundo de la empresa?
Aunque el foco de Tucuvi está hoy en el sistema sanitario público, la proyección hacia el ámbito corporativo es clara. En entornos laborales donde el bienestar físico y emocional de los trabajadores se ha convertido en una prioridad, contar con herramientas que monitoricen salud de manera proactiva y respetuosa puede suponer un salto cualitativo.
Según el informe The Future of Work and Health del McKinsey Health Institute (2023), el 75 % de los empleados cree que una atención sanitaria más personalizada y predictiva mejoraría su satisfacción laboral. La posibilidad de contar con asistentes virtuales que recuerden chequeos médicos, hagan seguimiento postbaja, o registren síntomas leves antes de que se agraven, está cada vez más cerca… y con garantía sanitaria.
Los profesionales del bienestar laboral tienen hoy la oportunidad de conocer, testar e integrar este tipo de soluciones de forma pionera, anticipando los beneficios que la IA ya está generando en el entorno clínico, como también ya está realizando Healthy Minds en el ámbito de la evaluación de riesgos psicosociales aplicando IA. El reto no es tecnológico, sino organizacional: ¿estamos preparados para ceder parte de la atención asistencial a herramientas digitales? ¿Sabemos cómo hacerlo sin deshumanizarla?
Con iniciativas como la de Tucuvi, la medicina laboral podría entrar en una nueva fase: más eficiente, más conectada, pero también más humana, si se integra con sensibilidad y foco en las personas.






