El liderazgo, o es saludable o no es liderazgo

por | May 9, 2025

El liderazgo debe estar a la altura para afrontar los desafíos reales de las organizaciones. La figura del manager orientado solo a resultados, capaz de gestionar tareas y controlar procesos, se queda corta cuando el equipo empieza a mostrar síntomas de fatiga emocional, desmotivación o desconexión.

Las cifras dejan poco margen para el optimismo. Más de 600.000 personas causaron baja en España por trastornos mentales en 2024. El 29% de la población presenta síntomas depresivos, y solo el 39% de los empleados considera que sus managers se preocupan por su bienestar psicológico. Nada sugiere que este desgaste sea coyuntural. Todo indica que la cultura organizativa necesita revisar a fondo sus fundamentos.

Liderar es dejar huella

Liderar no es ocupar un cargo ni acumular responsabilidades. Es generar contextos que hagan posible que las personas den lo mejor de sí sin pagar un precio invisible. Liderar es diseñar las condiciones para que el rendimiento y el bienestar convivan. Si esas condiciones erosionan el equilibrio emocional del equipo, no estamos ante un liderazgo eficaz, por mucho que los indicadores a corto plazo digan lo contrario.

Las personas no se queman solo por tener demasiado trabajo. También lo hacen por falta de sentido, de apoyo o de reconocimiento. El burnout aparece por la ausencia de un marco saludable desde el que sostener la exigencia.

El bienestar no es un check en la agenda de recursos humanos

La salud mental ya no es tabú, muchas compañías están abordando esta realidad con medidas como el PAE o atención psicológica, pero son menos las que están transformando sus estructuras para cuidar a sus equipos de verdad generando una cultura de liderazgo emocionalmente inteligente.

El bienestar no puede entenderse como un extra, ni como una iniciativa puntual. Es una variable crítica y transversal que afecta directamente a la productividad, la cohesión de los equipos y la retención del talento.

Liderar sin cuidar es una incoherencia. El reto está en integrar la salud emocional en la forma de liderar, no en añadirla como un apéndice.

La coherencia es el eje que sostiene el liderazgo

Cuando hablamos de liderazgo saludable no estamos hablando de un ejercicio de amabilidad y complacencia. No se trata de evitar los conflictos, sino de saber gestionarlos.

No se basa en eslóganes, sino en prácticas observables: agendas con espacio real, tareas bien distribuidas, prioridades ajustadas, capacidad de escucha y hábitos sostenibles. Es un liderazgo que piensa a largo plazo, aunque opere en la urgencia.

La cultura del “todo es urgente”, del correo a las once de la noche, del elogio al presentismo o del castigo implícito a quien pone límites, no tiene cabida en este modelo. No porque no funcione, sino porque el coste humano es demasiado alto.

Formación: una palanca necesaria para el cambio

El liderazgo saludable requiere herramientas, referencias y reflexión. Por eso, desde Mi Empresa es Saludable hemos diseñado una formación específica que ayuda a los managers a traducir el cuidado en decisiones concretas: gestión de la carga de trabajo, comunicación con impacto, prevención de riesgos psicosociales, y desarrollo del equipo desde la salud y los hábitos saludables.

El objetivo es formar líderes capaces de construir culturas organizativas donde el cuidado no sea un eslogan, sino una práctica cotidiana.

Déjanos tus datos en este formulario y te contactaremos para diseñar una formación adaptada a las necesidades reales de tu equipo.
Porque cuidar también se entrena. Y liderar con salud empieza con una decisión.

Miguel Barrionuevo
Miguel Barrionuevo

Escribo sobre bienestar, liderazgo, diversidad y hostelería.

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