El Dr.Miguel Ruiz escribió Los cuatro acuerdos, un exitoso libro en el que propone hacernos conscientes de nuestras creencias para poder decidir si son las que nos convienen. Según el Dr. Ruiz el primer acuerdo es el más importante y también el más difícil de cumplir: Ser impecable con tus palabras. Escribe el autor: Es tan importante que solo con él ya serás capaz de alcanzar el nivel de existencia que yo denomino el cielo en la tierra. El Primer acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras. Parece muy simple, pero es sumamente poderoso. ¿Por qué tus palabras? Porque constituyen el poder que tienes para crear.
Muchas veces no cumplimos este primer acuerdo y lejos de ser impecable con las palabras, las manipulamos espuriamente pudiendo destruir todo lo positivo para lo que fueron creadas.
Este mes proponemos cinco nuevas frases prohibidas con la esperanza que el lector también proponga las suyas (las que utiliza o sufre)
¿Cómo estás?….. Estoy muy liado
La madre de las frases prohibidas.
¿Qué tal estás? le preguntan
Ufff!!! muy liado, tengo muchísimo trabajo contesta.
La frase se ha convertido en un virus. Hay peligro de pandemia.
Tener mucho trabajo es un orgullo, quizás un falso y estúpido orgullo que manifestamos cerrando las puertas a nuestro interlocutor.
¿En qué estado puede continuarse la conversación con una persona que está muy liada y a la que, por tanto, se le presupone que no tiene tiempo para otras cosas?
¿Qué queremos manifestarle a la otra persona cuando le decimos que estamos muy liados? ¿Queremos decirles que somos importantes, que nadie puede acusarnos de no estar implicados?
La conversación puede continuar liándose aún más
Pues anda que yo, tengo trabajo para parar un tren responde el otro, Ya te digo yo que es imposible tener más trabajo que yo. Vamos, que dos pueden enzarzarse en una competición de lo más interesante.
Nuestra recomendación:
¿Qué tal estás?
Espectacular, saludable.
¿Cómo estás?….. Estoy muy liado
Esta empresa es muy complicada
Llega uno nuevo a la oficina.
Tengo que decirte que (susurrando) esta es una empresa es muy complicada. En este caso el emisor quiere manifestarle que solo unos pocos elegidos pueden sobrevivir en un entorno hostil donde hay que estar preparado quizás- para decisiones arbitrarias, donde las costumbres no son las del resto de ciudadanos???
Lo que se quiere hacer saber que solo unos pocos entre los que se encuentra el autor de la frase prohibida son los capaces de desentrañar cómo funciona ese mecanismo llamado empresa al que el pobre novato acaba de llegar.
La frase llega a oídos de los hijos que cuando le preguntan ¿A qué se dedica tu padre? responden con tanta seguridad como altivez
No sé lo que hace pero trabaja en una empresa muy complicada
Esta empresa es muy complicada
Es política de empresa
Cuando la razón no existe, acudir a una frase prohibida puede ser tan útil para el emisor como descorazonador para el receptor.
Es política de empresa es una respuesta frecuente a un deseo por mejorar
¿No será mejor que lo hagamos de otra manera? pregunta el incauto
Quizás sea mejor, pero es política de empresa responde el (a veces muy joven) dinosaurio que fue contagiado por este lenguaje destructivo.
Esta frase también es utilizada por el cliente para zanjar sus sinrazones con los proveedores a los que después llama tan grandilocuente como hipócritamente partners
Es política de empresa
Y es que así (terminando una frase)
Dice Fernando Savater que filosofar es razonar. Muchas de nuestras prohibidas anuncian aversión a la filosofía y por ende a la razón.
Esta frase es utilizada para dejar constancia de que el argumento esgrimido es el correcto. Nos ponemos en situación. Hay una discusión sobre un determinado tema en el que hay dos posturas enfrentadas cuando aparece ella (la frase prohibida):
– La forma correcta de hacerlo es la que yo te decía porque de esta manera los clientes estarán más contentos. Y es que es así.
¡Toma esa!
Y es que así (terminando una frase)
No hace falta que te diga que
Una frase prohibida a la que solo cabe como respuesta una frase reactiva que genere mal ambiente. Ante la posible petición de horas para poder ir al médico, para un aumento de sueldo, para cambiar un procedimiento
No hace falta que te diga que augura una negativa del que así se expresa o en el caso de respuesta positiva deja claro su superioridad en la relación que ahora recalca a través de este desequilibrio verbal.
Esta frase es una aportación del escritor y buen amigo Rafa Caunedo (http://mundovoluble.blogspot.com.es/ ) que añade Pues si no hace falta, no me lo digas
No hace falta que te diga que