El teletrabajo no es la panacea

por | Abr 29, 2020

Desde que apareció el virus Covid-19, y sobre todo desde las medidas decretadas por el gobierno de la nación, uno de los aspectos que más se ha regulado en los sucesivos decretos y que más polémica ha creado es el relacionado con el mundo del trabajo y la forma de prestarlo o no, durante la situación provocada por el estado de alarma.

Normas, regulaciones, interpretaciones, modificaciones, aclaraciones, rectificaciones se han ido sucediendo a lo largo de los días creando una indefinición, confusión e inseguridad no escasa.

Asimismo vamos viendo, ocurrencias como diría Xavier Marcet, la implantación o bien la comunicación de futura implantación de medidas tendentes en principio a mantener el empleo ( ERTEs, permisos retribuídos, teletrabajo) algunas de las cuales crean además una ficción jurídica de difícil encaje en el ordenamiento jurídico o en la realidad cotidiana de las empresas, es como hacerse “trampas en el solitario o jugando al ajedrez”, seguramente reporta una alegría momentánea pero en el fondo uno sabe que no ha ganado o jugado con rectitud.

En estos momentos, observo, no sin cierta perplejidad, que el gobierno, no sé si se tratará de otra “ocurrencia”, pretende exigir a las empresas que trabajen en modo teletrabajo hasta finales de junio o julio.

No soy sospechoso, por que hace más de 4 lustros tengo la oportunidad de teletrabajar algunos días al mes, incluso mucho antes de la irrupción de los medios tecnológicos de los que hoy disponemos, además por si no fuera suficiente he sido un gran defensor y sigo siéndolo de las medidas de eficiencia y conciliación en el mundo del trabajo y de las relaciones laborales, siendo Vicepresidente de Arhoe y habiendo escrito un libro con D. Ignacio Buqueras titulado “Dejemos de perder el tiempo” donde se aboga “ entre otras medidas” por el teletrabajo.

La situación que vivimos es evidente que va a facilitar el incremento de las medidas de conciliación laboral y personal y familiar, la adaptación a nuevas formas de trabajo donde el teletrabajo y la flexibilidad laboral se van a incrementar significativamente. Ahora bien, pensar que se puede obligar a teletrabajar a los empleados de las empresas por decreto, sin ningún tipo de diferenciación es vivir a espaldas del mundo de la empresa y de la economía, no entender las dinámicas de la prestación del trabajo y de los servicios e inmiscuirse en la libertad contractual de las partes. Me gustaría realizar algunas consideraciones fundamentales para entender el teletrabajo:

  • Hay que considerar que el teletrabajo en las empresas es asimétrico, es decir, depende de los sectores, actividades, puestos de trabajo, momento del negocio, situación económica de la empresa, situación personal y familiar del trabajador, influye e impacta enormemente en la posibilidad de teletrabajar y de asignar un porcentaje de teletrabajo acorde con todas estas variables, de manera que, tanto empleado como empresa mantengan un compromiso equilibrado, factible y ajustado que satisfaga a ambas partes.
  • Las empresas, incluso las más tecnológicamente avanzadas y donde las actividades y responsabilidades están más individualizadas y descentralizadas han tomado en algunos casos decisiones de “desteletrabajar”, una empresa como Yahoo y su CEO Marissa Mayer ya planteó este dilema en 2013 y no es cuestionable ni el sector ni la tipología de perfiles profesionales de una empresa como Yahoo, frases como estas dos que cito aparecían en el comunicado oficial de la propia empresa:

“La rapidez y la calidad se sacrifican en ocasiones cuando trabajamos desde casa. Tenemos que ser una sola Yahoo! y esto empieza estando físicamente juntos”.

“Para convertirnos en el mejor lugar para trabajar, la comunicación y la colaboración serán importantes, así que necesitamos trabajar codo con codo. Por eso es crítico que estemos presentes”.

Si quieres leer el artículo completo puedes acceder al Linkedin de Jorge Cagigas

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