Lo que la epigenética puede hacer por tu empresa

por | Sep 9, 2025

En los últimos años, una palabra ha empezado a resonar con fuerza en los entornos de salud, bienestar y desarrollo organizacional: epigenética. Una disciplina científica compleja, sí, pero cada vez más accesible y con un potencial enorme para transformar no solo nuestra salud individual, sino también las políticas de bienestar en las empresas.

Y es que ya no se trata solo de contar pasos o medir el estrés: se trata de comprender cómo el entorno, los hábitos y el estilo de vida impactan directamente en la expresión de nuestros genes. En otras palabras: lo que hacemos, sentimos y decidimos a diario puede activar o silenciar ciertos genes, influyendo en nuestra salud y rendimiento más de lo que creíamos.

Qué es la epigenética (y por qué debería interesarle a tu organización)

La epigenética —del griego “epi”, que significa “sobre” o “encima” del genoma— estudia cómo factores externos pueden modificar la expresión de nuestros genes sin alterar el ADN en sí mismo. Esta regulación se produce a través de mecanismos como la metilación del ADN o la modificación de las histonas, que actúan como interruptores biológicos.

La buena noticia es que muchos de estos interruptores pueden activarse o desactivarse con cambios en el estilo de vida. Y esto, para quienes trabajan en bienestar organizacional, es una puerta abierta a intervenciones más personalizadas, científicas y efectivas.

Como afirma el biólogo molecular y divulgador Manel Esteller, una de las máximas autoridades internacionales en epigenética, “lo que comemos, el estrés que sufrimos, la actividad física que practicamos o el entorno en el que trabajamos puede dejar una huella epigenética”. En otras palabras, el entorno laboral que diseñamos puede tener consecuencias directas —y medibles— sobre la salud celular y la longevidad del talento.

Lo que dice la ciencia: epigenética y salud integral

Diversos estudios científicos han demostrado que el entorno laboral, los hábitos de vida y el contexto social no solo afectan al bienestar subjetivo, sino que dejan una huella biológica medible. Según el estudio Northern Finland Birth Cohort, el estrés crónico, las jornadas prolongadas y las altas exigencias laborales pueden acelerar la edad biológica hasta dos años mediante alteraciones epigenéticas. Asimismo, la exposición continua a desigualdades sociales o a entornos laborales desfavorables se asocia con modificaciones en la metilación del ADN, lo que contribuye a explicar diferencias en salud vinculadas al estatus socioeconómico. Por otro lado, estilos de vida saludables —como una dieta rica en frutas y verduras, la práctica regular de ejercicio físico y un descanso reparador— favorecen patrones epigenéticos protectores frente a enfermedades metabólicas, obesidad y diabetes.

Asimismo, el European Human Epigenome Project, en colaboración con instituciones como el Karolinska Institutet y el Max Planck Institute, apunta que la epigenética será clave en la medicina del futuro, con aplicaciones también en salud preventiva y laboral.

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 80 % de las enfermedades crónicas actuales tienen un componente epigenético, y podrían prevenirse modificando factores ambientales y de estilo de vida.

Del laboratorio a la oficina: la epigenética aplicada al bienestar laboral

Lejos de ser una tendencia pasajera, la epigenética ya está influyendo en el diseño de estrategias de salud corporativa. De hecho, en sectores como el deportivo, el clínico o el farmacéutico ya se aplican programas de salud epigenética para prevenir enfermedades crónicas, reducir inflamación o mejorar la respuesta inmunológica.

Pero ¿cómo se traduce esto al contexto empresarial?

  • Entornos saludables: la exposición crónica a estrés, ruido, mala alimentación o sedentarismo en el trabajo puede activar genes proinflamatorios. Fomentar pausas activas, espacios de descanso, luz natural o una alimentación saludable es más que bienestar: es prevención genética.
  • Sueño y ritmos circadianos: dormir poco y mal desregula genes asociados al metabolismo, la memoria y el sistema inmunológico. Programas de descanso consciente y jornadas laborales más respetuosas con los ritmos humanos son una inversión real en salud epigenética.
  • Gestión emocional: el estrés continuado puede desactivar genes protectores del sistema nervioso. Promover un liderazgo emocionalmente inteligente, formaciones en regulación emocional y espacios de escucha puede tener efectos positivos a nivel molecular.
  • Movimiento diario: como han demostrado estudios de la Harvard Medical School, el ejercicio físico regular tiene efectos epigenéticos positivos, activando genes antiinflamatorios y protectores del envejecimiento celular.
  • Nutrición inteligente: alimentos ricos en polifenoles, vitaminas del grupo B o antioxidantes pueden modular la expresión génica. Apostar por menús corporativos saludables o sesiones de educación nutricional en la empresa puede tener beneficios profundos a largo plazo.

¿Y qué pueden hacer los profesionales del bienestar laboral?

El enfoque epigenético implica pasar de planes genéricos a planes más personalizados y basados en evidencia. Algunas recomendaciones para integrar este enfoque en tu organización:

  1. Formación con base científica: introducir formación sobre salud epigenética y hábitos saludables en los programas de bienestar.
  2. Evaluación inicial personalizada: incorporar evaluaciones de estilo de vida, descanso, actividad física y alimentación como parte del onboarding de bienestar.
  3. Diseño del entorno laboral: rediseñar los espacios para favorecer luz natural, ergonomía y zonas de recuperación.
  4. Políticas de conciliación real: fomentar horarios flexibles y la desconexión digital como pilares de salud epigenética.
  5. Medición de impacto: implementar indicadores que midan la mejora en salud percibida, reducción del absentismo o mejora en la energía del equipo.

Hacia una cultura del bienestar basada en ciencia viva

La epigenética nos recuerda que no somos esclavos de nuestra herencia genética, sino protagonistas de nuestra salud. Y en el contexto laboral, esta es una invitación a pasar del “bienestar cosmético” al bienestar estratégico y basado en ciencia.

Como bien resume el genetista estadounidense Randy Jirtle, pionero en epigenética ambiental, “la epigenética nos dice que lo que haces importa. Cada elección que haces tiene el poder de cambiar cómo se comportan tus genes”.

Quizá ha llegado el momento de aplicar esa certeza también en nuestras empresas.

Redaccion Mi Empresa es Saludable
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