Cuidar el bienestar físico, mental y emocional de los empleados ya no es un extra: es parte del día a día de las organizaciones que quieren crecer de manera sostenible.
En España, el 78% de las empresas considera que la salud mental y emocional de sus equipos será una prioridad en 2025, según el informe “Tendencias en Gestión de Personas” de InfoJobs y Esade. Sin embargo, todavía existe un vacío: muchos empleados desean apoyo y solo una parte de las compañías lo ofrece de forma efectiva.
Quality Lives, bajo el mando de Ana Hernández, acompaña a empresas en este camino, integrando prácticas de atención plena, liderazgo consciente y cultura colaborativa.
“Cuando un empleado siente que su empresa cuida de él en todos los planos —físico, mental y emocional—, aparece de forma natural un compromiso más profundo. El bienestar integral no es un lujo, es la base para que la persona se sienta con energía, claridad y confianza para dar lo mejor de sí misma”, afirma Ana Hernández.
Bienestar y compromiso: un vínculo que se siente
Según el informe Radiografía del Bienestar en la Empresa 2025 de Savia (MAPFRE), el 67% de los empleados que no cuenta con servicios de bienestar desearía tenerlos, mientras que solo el 33% recibe algún tipo de programa, y de ellos, el 54% lo utiliza activamente.
En su experiencia, Hernández ha visto cómo iniciativas de mindfulness aplicado al liderazgo o de gestión consciente de conflictos aumentan la implicación y el rendimiento. “Los equipos no solo trabajan mejor: también se implican más, porque perciben que se les respeta y se les tiene en cuenta como personas”.
Gestos cotidianos que cambian la cultura
“No siempre hacen falta grandes cambios. Pequeños gestos como dar espacio a que cada persona pueda expresar cómo llega a la reunión, reconocer públicamente los esfuerzos, preguntar de verdad ‘¿cómo estás?’ y escuchar la respuesta, o dar flexibilidad para conciliar, son señales poderosas de que se valora a la persona”, explica Ana Hernández.
En Quality Lives, estas acciones cotidianas se han convertido en rituales de confianza. “En las compañías con las que solemos colaborar hemos implantado un espacio semanal de ‘pausa consciente’, en el que los equipos suelen dedicar al menos quince minutos a compartir cómo se encontraban y a aplicar una breve dinámica de atención plena guiada. Lo que parecía un gesto pequeño terminó convirtiéndose en un ritual esperado: los empleados comenzaron a abrirse más, se generó confianza y se reforzó la idea de que la empresa se preocupaba por su bienestar, no solo por los resultados”.
Liderazgo consciente y cultura compartida
“El liderazgo es clave. Los líderes son quienes marcan el tono emocional del equipo”, afirma Hernández. “Un jefe que actúa desde la calma, que escucha con plena atención y que gestiona los conflictos de manera consciente, crea un entorno seguro en el que las personas se sienten libres para dar lo mejor de sí”.
El compromiso también se debe mantener en entornos híbridos. “En el trabajo híbrido es fácil caer en la trampa de medir solo resultados y olvidarse del vínculo humano. La clave está en mantener espacios regulares de conexión emocional, aunque sean online: reuniones que incluyan dinámicas de escucha, feedback constructivo y momentos para compartir logros o dificultades”, señala Ana.
Y los datos respaldan su enfoque: un estudio de SD Worx (2025) revela que el bienestar de los empleados es actualmente el mayor desafío para el 32% de los empresarios españoles.
Primeros pasos para transformar la experiencia laboral
Si una empresa quiere empezar hoy a trabajar el compromiso de verdad, Ana Hernández aconseja: “El primer paso es escuchar de manera consciente: abrir un espacio para preguntar a los empleados qué necesitan y estar dispuestos a actuar en consecuencia. El segundo es formar a los líderes en atención plena y gestión de conflictos, porque son ellos quienes tienen mayor impacto en la experiencia diaria de los equipos”.
A partir de ahí, se trata de introducir prácticas sencillas —pausas conscientes, feedback respetuoso, programas de desarrollo personal— que poco a poco transformen la cultura. “Desde Quality Lives acompañamos a las empresas en ese camino, adaptando cada paso a su realidad para que el compromiso no sea un eslogan, sino una experiencia real para todos”.